En un mundo donde el tiempo se ha convertido en el recurso más valioso, las empresas buscan constantemente formas de ser más ágiles, eficientes y productivas. Sin embargo, muchas veces nos vemos atrapados en tareas repetitivas que consumen horas y energía. ¿Te ha pasado que terminas el día sintiendo que no avanzaste, solo porque estuviste moviendo datos de un sitio a otro? Pues bien, aquí es donde entra Make, una herramienta que ha cambiado por completo la forma en la que trabajamos.
Make es una plataforma de automatización sin código que permite conectar diferentes aplicaciones y servicios para que trabajen juntos de manera automática. En otras palabras, es una herramienta que te ayuda a crear flujos de trabajo inteligentes —llamados escenarios— que se ejecutan solos, sin intervención humana.
Imagina que cada vez que recibes un correo con un archivo adjunto, ese archivo se guarda automáticamente en una carpeta compartida, se notifica a tu equipo por chat y se actualiza un registro en tu hoja de cálculo. Todo esto, sin tocar una sola tecla.
Eso es exactamente lo que hace Make: automatiza procesos que antes requerían tiempo, esfuerzo y coordinación manual.
Pero Make no solo ahorra tiempo, también reduce errores humanos, mejora la coherencia entre departamentos y potencia la productividad global de la empresa. Es como tener un asistente digital trabajando las 24 horas, encargándose de esas pequeñas tareas que, aunque parecen insignificantes, terminan ocupando buena parte del día.
Make se distingue por ofrecer un entorno intuitivo y visual, pensado para que cualquier persona, incluso sin conocimientos técnicos, pueda crear flujos de automatización. Su sistema se basa en escenarios, donde cada acción se representa como un bloque conectado con otros, formando una cadena lógica de tareas.
Entre sus principales características destacan:
Pero lo mejor es que todo se ejecuta en la nube, lo que garantiza que tus automatizaciones funcionen incluso mientras duermes.
En el día a día, las empresas pierden horas valiosas en tareas manuales: copiar datos entre sistemas, enviar correos, generar informes, mover archivos… ¿Te suena familiar? Con Make, esas acciones se convierten en procesos automáticos que funcionan de forma constante y precisa.
Por ejemplo, puedes configurar que cada vez que llegue un formulario de contacto, la información se guarde en tu CRM, se notifique al equipo de ventas y se cree una tarea de seguimiento, todo de manera automática. Así, el equipo gana tiempo, mejora la coordinación y evita errores humanos.
Además, Make ofrece una gran ventaja para empresas en crecimiento: escala contigo. Puedes comenzar automatizando un proceso sencillo y, poco a poco, ampliar tus flujos hasta cubrir toda la operación.
Lo que convierte a Make en una herramienta imprescindible para los negocios modernos son sus beneficios tangibles. No se trata solo de automatizar por automatizar, sino de transformar la manera en que se trabaja.
Pero hay algo más: Make fomenta una cultura de innovación dentro de la empresa. Los equipos descubren nuevas formas de mejorar su productividad, experimentan sin miedo y aprenden a confiar en la tecnología como aliada. En definitiva, se trata de trabajar menos, pero mejor.
Una de las grandes virtudes de Make es que convierte la automatización en algo visual, accesible y hasta entretenido. No necesitas ser programador ni entender código: todo funciona mediante un sistema de bloques conectados entre sí que representan acciones, eventos o condiciones.
Piensa en Make como un tablero donde dibujas tus procesos de negocio y los haces cobrar vida.
El corazón de Make son los flujos automatizados, conocidos como escenarios. Estos escenarios se construyen paso a paso, uniendo acciones que se ejecutan en secuencia o en paralelo según tus necesidades.
Por ejemplo, puedes configurar un flujo que diga: “cuando se reciba un nuevo registro en un formulario, crea automáticamente una tarea en el gestor de proyectos y envía una notificación al responsable”.
Cada flujo puede contener múltiples módulos —pequeñas piezas que representan una tarea concreta—, y lo mejor es que puedes personalizarlos hasta el último detalle. De esta forma, tus automatizaciones reflejan exactamente cómo trabaja tu empresa.
Make se integra con miles de aplicaciones y servicios online, lo que le permite actuar como un puente entre herramientas que normalmente no se comunican entre sí. Desde plataformas de correo y hojas de cálculo, hasta CRM, herramientas de marketing o sistemas de gestión internos.
La conexión es tan simple como seleccionar la aplicación deseada, autorizar el acceso y empezar a vincular módulos. En cuestión de minutos, tendrás una red de aplicaciones colaborando de manera automática.
¿Lo mejor? Si una herramienta no aparece en el catálogo, Make te permite crear integraciones personalizadas mediante webhooks o APIs, asegurando así una flexibilidad total.
Una vez que tus automatizaciones están en marcha, Make ofrece un panel central donde puedes supervisar, modificar y optimizar cada escenario. Desde allí, es posible ver cuántas veces se ha ejecutado un flujo, detectar posibles fallos y ajustar condiciones sin interrumpir su funcionamiento.
Cada escenario está compuesto por módulos, que son las unidades básicas de acción. Estos módulos pueden ser tan simples como “enviar un correo” o tan complejos como “procesar datos recibidos por una API”.
La gran ventaja es que puedes combinar y reutilizar módulos para crear procesos cada vez más completos, sin necesidad de empezar desde cero.
Make funciona como un sistema vivo: observa, ejecuta y mejora. Y cuanto más lo usas, más descubres cómo automatizar incluso las tareas más pequeñas, esas que antes ni imaginabas que se podían delegar a la tecnología.
Cuando se habla de automatización, es inevitable comparar Make con otras plataformas populares. Aunque todas comparten el mismo propósito —conectar aplicaciones y simplificar procesos—, las diferencias en enfoque, flexibilidad y coste pueden ser determinantes a la hora de elegir.
Veamos cómo se posiciona Make frente a otras opciones habituales en el mercado.
Zapier ha sido durante años una de las herramientas más conocidas para automatizar tareas entre aplicaciones. Sin embargo, Make ofrece una propuesta mucho más visual y flexible.
Mientras que Zapier funciona con flujos lineales (un evento desencadena una acción), Make permite crear escenarios complejos y ramificados, combinando condiciones, bucles y rutas paralelas.
Otra gran diferencia es la interfaz. Zapier apuesta por menús y configuraciones más tradicionales, mientras que Make utiliza un editor visual de tipo diagrama, donde puedes ver cómo se conectan todas las piezas.
Esto facilita enormemente la comprensión del flujo, sobre todo cuando gestionas automatizaciones con muchos pasos.
Además, Make resulta más económico en la mayoría de los casos, ofreciendo una relación calidad-precio muy atractiva para empresas que necesitan escalar sus procesos sin grandes costes.
Zapier es ideal para automatizaciones sencillas y rápidas, pero Make gana terreno cuando los flujos requieren mayor personalización o control técnico.
N8N es una herramienta de automatización de código abierto muy popular entre perfiles técnicos. Su principal ventaja es la autohospedabilidad, es decir, puedes instalarla en tus propios servidores y controlar completamente los datos.
Sin embargo, esta libertad viene acompañada de una mayor complejidad: N8N requiere conocimientos técnicos para su instalación, mantenimiento y configuración.
Por el contrario, Make es una solución completamente en la nube, lista para usar desde el primer momento. No hay que instalar nada ni preocuparse por servidores.
Además, su enfoque visual hace que cualquier miembro del equipo pueda crear flujos sin depender del área de IT.
En pocas palabras, N8N es más potente para entornos técnicos avanzados, pero Make ofrece una experiencia mucho más accesible y práctica para empresas que buscan resultados inmediatos sin complicaciones.
La respuesta depende de tus necesidades.
Si buscas una solución visual, potente y sencilla, que permita automatizar desde tareas simples hasta procesos complejos sin escribir código, Make es la elección más equilibrada. Ofrece:
En cambio, si necesitas crear flujos más complejos, tener un control total sobre la infraestructura y prefieres una herramienta de código abierto, N8N puede ser la alternativa adecuada.
Y si tu prioridad es montar automatizaciones básicas rápidamente, Zapier sigue siendo una opción práctica.
Make combina lo mejor de ambos mundos: la facilidad de uso de una herramienta en la nube con la flexibilidad de un entorno avanzado de automatización.
Por eso, hoy en día, muchas empresas lo eligen como su plataforma principal para conectar aplicaciones y optimizar procesos.
Comenzar con Make es mucho más sencillo de lo que parece. En pocos minutos puedes pasar de tener tareas manuales a flujos completamente automatizados que trabajan por ti. A continuación, te explicamos los pasos básicos para empezar:
Crea tu cuenta en Make: Accede a la plataforma y regístrate. El proceso es rápido y gratuito para las primeras pruebas. Solo necesitas un correo electrónico y unos minutos para configurar tu perfil.
Conecta tus aplicaciones favoritas: Una vez dentro, verás un catálogo enorme de herramientas compatibles: hojas de cálculo, correo electrónico, chat, CRM, redes sociales y más. Selecciona las que uses en tu día a día y autoriza la conexión.
Diseña tu primer escenario: En el editor visual, arrastra los módulos y conéctalos entre sí. Cada módulo representa una acción o un evento (por ejemplo: “cuando se recibe un formulario” → “crear un registro en la hoja de cálculo”). Puedes personalizar condiciones, filtros y variables según las necesidades de tu empresa.
Prueba y ejecuta el flujo: Antes de activarlo definitivamente, ejecuta una prueba. Make mostrará los resultados paso a paso para que puedas comprobar que todo funciona como esperas.
Activa la automatización: Una vez validado el flujo, activa el escenario para que se ejecute automáticamente cada vez que se cumpla la condición inicial. Desde ese momento, Make trabajará en segundo plano, ejecutando tus procesos sin que tengas que intervenir.
Monitorea y optimiza: En el panel de control podrás ver estadísticas, tiempos de ejecución y posibles errores. Esto te permitirá mejorar tus automatizaciones con el tiempo, haciendo tus flujos cada vez más eficientes.
Con estos pasos básicos, ya estarás preparado para empezar a automatizar tus procesos empresariales con Make. Lo mejor es que cada escenario puede evolucionar contigo: a medida que tu negocio crece, también lo hace tu capacidad de automatizar nuevas tareas.
Aprender a usar Make puede transformar la forma en que tu empresa trabaja. Con nuestro curso de Make para empresas, tu equipo aprenderá a automatizar procesos reales, conectar herramientas y crear flujos personalizados que ahorran tiempo y reducen errores.
El temario y los proyectos se adaptan totalmente a las necesidades de cada grupo, garantizando una formación práctica y aplicable desde el primer día.
Además, el curso es hasta 100% bonificable con FUNDAE, por lo que tu empresa puede aprovechar su crédito formativo sin coste adicional.
Una formación diseñada para que tu equipo domine la automatización empresarial con Make y se adapte a la nueva época.